Negocia su renovación con el equipo inglés que puede anunciar antes del verano, pero espera al acuerdo o la ruptura de Vettel con los italianos
(ABC) Carlos Sainz no conoce la anécdota que protagonizó el director de comunicación de Ferrari hace diez años en el restaurante más chic del centro de Madrid. Luca Colajanni se desplazó a la capital para marcar territorio con la prensa española, una vez consumado el fichaje de Fernando Alonso por la escudería del «cavallino rampante». Italiano amante del calcio, directo y duro, el veterano dircom marcó primero y defendió luego su ventaja. «Los periodistas españoles sois agresivos y desordenados. Nada de esto ocurrirá en Ferrari». Por pequeñeces como esas, Ferrari es una de las divisas únicas de la Fórmula 1. Junto al GP de Mónaco, el principal aliciente de este deporte. Colajanni se marchó del imperio rojo hace años y ha regresado esta temporada aún sin comenzar. Otro español, Carlos Sainz, vuelve a situarse en su órbita.
En Italia se vive la Fórmula 1 como la liga de fútbol o los partidos de la selección, su «Nazionale». Ferrari es el orgullo de todos, una máquina de fabricar noticias, debates y comentarios al ritmo de las chanzas del fútbol. Los periódicos del país ofrecen a diario información del equipo o de F1, tal es el interés que despierta.
Una de las últimas crónicas proviene de la versión italiana de Motorsport, web de referencia en la F1. «Sin Vettel en Ferrari, crece la cotización de Sainz».
La historia arranca con la salida de Alonso de Ferrari en 2014. La escudería fichó a Vettel, cuatro veces campeón del mundo, para llenar ese inmenso hueco. Vettel empieza su sexta temporada y no ha vuelto a ganar el título, ni siquiera se ha acercado con opciones a Mercedes. Lleva catorce victorias en cinco cursos y dos subcampeonatos. Cifras que no impactan conduciendo un Ferrari.
Leclerc, el futuro
El año pasado, el equipo fichó a Charles Leclerc y el monegasco sí ha deslumbrado: 2 triunfos, 7 poles, 10 podios y 264 puntos en 2019. La recompensa a su talento le llegó en un contrato de cinco temporadas a razón de nueve millones anuales. Ferrari anunció el acuerdo en diciembre en una evidente demostración de su apuesta de futuro por el monegasco.
Vettel, que acaba contrato como la mayoría de los pilotos punteros (Hamilton, Verstappen –que ya renovó por Red Bull–, Bottas, Ricciardo, Norris o Carlos Sainz, entre otros), está negociando su continuidad. Ferrari le ofrece un año y el alemán dice en la prensa de su país que esto es una broma. Ante la primera negativa del germano, han surgido hace tiempo tres nombres para sustituirlo: Ricciardo, Sainz y Giovinazzi.
«Nuestra prioridad es Vettel», expone Mattia Binotto, jefe de Ferrari. Es el primero, pero no significa el único.
Desde la crisis del coronavirus y la suspensión decretada en la primera carrera, Australia, nada se había movido en el mercado de fichajes. En los últimos quince días, con la perspectiva del inicio en Austria el 5 de julio, el asunto se ha calentado. Eso dicen los actores de la negociación. Se da por hecho que Hamilton renovará con Mercedes. Y, cuentan, es probable que antes de que acabe mayo ya se produzca un anuncio que provoque un efecto dominó en las fichas y re coloque el tablero.
Una de las fichas es Sainz. El español negocia su renovación con McLaren. Está encantado en el equipo inglés, con su proyecto de futuro, su motor Mercedes preparado para 2021, en buena sintonía con los jefes Zak Brown y Andreas Seidl. Las conversaciones prosperan, según dicen los Sainz, pero por si acaso lo de Ferrari va más allá de las preguntas sin ofertas, el piloto madrileño espera. No cierra la puerta a tan goloso caramelo.
Ricciardo está cobrando 20 millones brutos en Renault, una cifra fuera de mercado en función de su rendimiento, que debería rebajar si Ferrari le pretende. Es uno de los tres mejor pagados de la parrilla. Tiene a su favor que ha ganado carreras con Red Bull (7) y que es un primer espada de la F1 actual. Giovinazzi no cuajó una gran campaña con Alfa Romeo en 2019 y parece verde para Ferrari.
Sainz es joven (25 años), ya experto (sexta temporada) y podría encajar como pareja de Leclerc. No sería tan caro como Ricciardo, casi la mitad. Y ofrece una solvencia como piloto serio y rápido. Acabó 2019 con 96 puntos, por los 43 de su compañero Norris, y un podio en Brasil. Son elementos a su favor. Pero aún parece pronto, en mayo y sin empezar la campaña, para asegurar que tiene altas probabilidades de fichar por Ferrari.