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Vie, Abr

Semifinal Champions League 2020: el Bayern, finalista por inercia

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Un doblete de Gnabry y otro tanto de Lewandowski, suficiente ante un Olympique valiente pero inocente

 

(ABC) Por primera vez en la historia de la Champions, una semifinal midió a dos equipos que llegaron hasta ahí con entrenadores distintos a los que comenzaron la temporada. Rudi García y Hans Flick aterrizaron en el Olympique y en el Bayern para salvar los nefastos inicios de temporada de Sylvinho y Kovac, respectivamente. Cumplieron con nota su cometido, sobre todo el técnico germano, que ya solo está a noventa minutos de llevar al Bayern al segundo triplete de su historia.

Eso sí, el partido que se imaginó Flick no tuvo nada que ver con los primeros 18 minutos del mismo, momento en el que Gnabry acabó con las esperanzas de los galos. A diferencia del Barça, el Olympique tiene un contragolpe letal con dos balas como Ekambi y Depay, dos jaquecas para una defensa tan adelantada como la del Bayern, pero sin la dinamita que a los alemanes le sobra. Hasta en tres ocasiones pudo adelantarse el Olympique.

Triple ocasión de los galos

A los cuatro minutos, una pérdida de Thiago en campo rival cayó en las botas de Guimaraes. Mal negocio. El brasileño levantó la cabeza y vio a Depay incrustado entre Boateng y Alaba, libre de la marca de ambos. Su pase filtrado y la potencia del ariete fabricaron un mano a mano ante Neuer sin premio para los de Rudi García. Aguantó el portero alemán la acometida cerrando el hueco de Depay, cuyo remate acabó en el lateral de la red. Susto serio.

Poco después, Cornet superó a Kimmich en un balón dividido, se internó en el área sin oposición y su pase a Ekambi, un regalo para empujarlo a la red, lo anuló Boateng yéndose al suelo. El central alemán será duda para la final tras quedarse en la ducha en el descanso por problemas musculares.

La última opción fue la más clara de todas. Un balón al espacio para Ekambi, que le ganó la espalda a Davies, lo acabó estrellando en el palo tras un remate mordido con su pierna izquierda. Demasiada inocencia ante un Bayern que puso las cosas en su sitio en cuanto le dejaron solo medio metro de libertad.

En el 18, Gnabry abrió el marcador con una diagonal desde la derecha en la que hasta cinco oponentes no fueron capaces de encimarle. El extremo culminó su potente conducción con un zurdazo al ángulo izquierdo de Lopes, imposible para el portero francés. Encontró el Bayern el gol antes que el juego, pero a pesar de alterar el orden de los factores, el resultado final fue el mismo. Una victoria más

Desde el gol germano, el partido ya nada tuvo que ver con ese inicio vertiginoso del Olympique, anímicamente tocado. El Bayern se hizo dueño del balón y comenzó a desarbolar la defensa rival con paredes por la zona interior y las acometidas de Davies y Perisic por la izquierda. Por esa zona encontró en el 33 el 2-0. Una nueva diagonal de Gnabry acabó en la pierna izquierda del croata, que le puso en bandeja el gol a Lewandowski. Un bote inesperado justo antes del golpeo provocó un mal remate del polaco, que enganchó el balón con el muslo, lo que facilitó la parada de Lopes pero no evitó el gol. El rechazo cayó en Gnabry, principio y en final de la jugada, para marcar a placer. Noveno tanto en Champions y vigesimoprimero de la temporada del joven talento criado a caballo en las canteras del Stuttgart y el Arsenal.

Tras el descanso, el Bayern se puso en modo calculadora. En 96 horas le esperaba un PSG desatado y eso le hizo tirar del freno de mano. El 2-0 era distancia suficiente y, aunque jugó ciertos minutos con fuego, nunca estuvo en verdadero peligro. El Olympique se fue arriba y provocó un par de buenas paradas de Neuer, pero los franceses tenían balas de goma. Justo lo contrario a Lewandowski, que echó la llave en el 88 con el 0-3. La Sexta del Bayern o la Primera del PSG. El domingo, la respuesta.