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Vie, Abr

López Obrador usa su visita a la Casa Blanca para atacar a sus oponentes

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Ofrece a Joe Biden apoyo para controlar la inmigración ilegal en la frontera, que alcanza cifras récord

(ABC).-El presidente mexicano visitó este martes la Casa Blanca para reunirse con su homólogo estadounidense, después de haberle dejado plantado en la Cumbre de las Américas. Andrés Manuel López Obrador pidió en Washington un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales e instó a Joe Biden a que rechace «el status quo» en la frontera. Saltándose las normas de cortesía política, el mexicano utilizó la breve bienvenida al Despacho Oval para dar un largo y enardecido discurso de corte político en el que reprendió a los conservadores: «Frente a la crisis, la salida no está en el conservadurismo».

 

López Obrador le entregó a Biden en su encuentro un plan de cinco puntos para contener la inflación, que ha aumentado dramáticamente en EE.UU. Entre las medidas propuestas por México se incluye incrementar el suministro de gasolina a través de la frontera, el uso de gasoductos mexicanos para transportar gas estadounidense, impulsar la creación de parques solares en estados fronterizos para producir energía limpia que beneficie a ambos países y, según dijo, ordenar el flujo migratorio con visados temporales de trabajo para que no se paralice la economía por falta de mano de obra.

 

 

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El dirigente mexicano no suele prodigarse mucho fuera de su país, y viaja en aerolínea comercial tras vender el jet presidencial. Apenas ha hecho cuatro visitas al extranjero desde que asumió la presidencia en diciembre de 2018, y tres de ellas han sido a EE.UU. En julio de 2020 visitó a Donald Trump, para quien tuvo afectuosas palabras, agradeciéndole que hubiera tratado siempre a México «con respeto». En 2015, como candidato, Trump había lamentado que México mandara a EE.UU. a «gente con un montón de problemas… con drogas, crimen, a los violadores, aunque algunos sean buenos».

 

En esta visita, la segunda a Biden, se ha quedado en un hotel boutique de cuatro estrellas, el Lombardy, y desde allí se ha asomado a la ventana a hablar con inmigrantes mexicanos a los que ha convocado por medio de sus redes sociales. Le acompaña en el viaje su mujer, Beatriz Gutiérrez Müller.

 

Según dijo López Obrador, en español, en el Despacho Oval: «Esta no será la primera ni la última ocasión en que cerremos filas para ayudarnos. A pesar de nuestras diferencias y también a pesar de nuestros agravios que no son fáciles de olvidar. En muchas ocasiones hemos podido coincidir y trabajar juntos como verdaderos aliados».

 

Por su parte, Biden se mostró conciliador, afirmando que ve a México «como un socio igualitario». Lo cierto es que las tensiones entre ambos han sido importantes. El plantón de López Obrador a la Cumbre de las Américas de Los Ángeles obedece a su cercanía a los regímenes de Cuba y Venezuela, sometidos a duras sanciones de EE.UU. Además, se ha negado a criticar la invasión rusa de Ucrania y ha criticado el apoyo militar a Ucrania defendiendo un presunto pacifismo. Recientemente instó a Biden a indultar a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, imputado por espionaje y a la espera de extradición desde Reino Unido, alegando que de no hacerlo, EE.UU. no sería realmente una democracia.

 

Lo cierto es que el punto crítico de la relación bilateral es el de la inmigración. Actualmente, cada año, EE.UU. detiene a unos dos millones de indocumentados que cruzan la frontera de forma ilegal, en muchos casos asistidos por redes de trata de blancas con tentáculos en ambos países.

 

Flujos incontrolados

EE.UU. depende de México para controlar esos flujos, y hasta hace unas semanas tenían en pie un acuerdo para devolver en caliente a peticionarios de asilo, algo negociado por Trump con López Obrador. Lo cierto es que ese flujo en muchas ocasiones provoca verdaderas tragedias, como cuando recientemente la policía localizó en San Antonio un camión con medio centenar de sin papeles muertos por asfixia. Hablando de esas muertes de inmigrantes en Texas, Biden aceptó esa necesidad de un acuerdo para aumentar visados de trabajo en meses venideros.

 

Los republicanos culpan a Biden de lo que consideran un efecto llamada para la inmigración ilegal al revertir algunas de las medidas más duras de la administración Trump. López Obrador, consciente de esas críticas, se permitió criticar a los republicanos y otros conservadores. «La salida no es el conservadurismo. La salida es la transformación», dijo. «Transformar, no mantener el status quo», añadió.

 

De forma llamativa, mientras se produjo esa reunión, un grupo de senadores demócratas de EE.UU., entre los que se cuenta el presidente de la Comisión de Exteriores, Bob Menéndez, condenaron en una resolución el aumento de la violencia contra periodistas en México. «Se necesita una acción urgente», dijo Menéndez en una crítica indirecta a la Administración mexicana. Desde sus largas ruedas de prensa mañaneras, el mandatario mexicano suele criticar ampliamente a los periodistas, y hasta ha sacado a relucir su salario cuando le han acusado a él o a su familia de nepotismo o corrupción.