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Jue, Abr

El horror en Xaltianguis; muertos, desaparecidos, secuestros y extorsiones

Opinión
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Epicentro / Claudio Vargas / Asesinatos en medio de una base operativa mixta y fosas clandestinas 

 

En el poblado ejidal de Xaltianguis, en la zona del Acapulco rural, se vive el peor de los horrores, con muertos, desaparecidos, secuestros y extorsiones; el conflicto entre los Dumbos y la UPOEG puso al descubierto las atrocidades que se cometieron en nombre de la Ley. La Fiscalía General del Estado (FGE) no se da abasto para recibir las denuncias de habitantes de uno de los pueblos que ha vivido en carne propia el infierno en medio de un silencio. Se tiene documentado al menos decenas de personas desaparecidas, otros que han sido secuestrados, además de quienes han sufrido el delito de la extorsión, de mano de quienes se decían guardianes del pueblo. El dolor de las familias que lloran a sus muertos y de los que nunca supieron jamás de ellos, son los que atestiguan de actos de barbarie en una lugar donde la gente en su mayoría se dedicaba al trabajo del campo, la ganadería y el comercio. Ahora tras los conflictos entre los Dumbos y la UPOEG se empiezan a contar otras historias de terror. Autoridades han encontrado fosas clandestinas en patios de viviendas que pertenecían a los Dumbos, que fungía como casa de seguridad. El número de muertos difícilmente se dará a conocer en exactitud y menos la identidad de los mismos. Cuántas fosas más  podría haber en derredor de Xaltianguis, no lo sabemos, pero detrás de las primeras investigaciones, podría haber otras cosas más terroríficas. La gente sabe de todo lo que ha ocurrido a lo largo de muchos meses en esa zona rural, también tienen miedo de hablar, porque saben, que hubo permisividad de autoridades que de alguna u otra manera, se enteraban de las atrocidades cometidas  en contra de la gente que se dedica al trabajo y no actuaron. Y es que en Guerrero, por donde rasquen encontrarán cadáveres, sea en colonias de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco y otras regiones donde se le ha permitido a grupos de la delincuencia actuar sin mayor problema. Son varias las personas que han sido secuestradas en ese poblado y otras más extorsionadas, algunas incluso ya no regresaron a sus hogares. El tema es que en este momento son la autoridades las que están iniciando los procedimientos de documentar cada caso e iniciar las respectivas carpetas de investigación.  En pleno centro de Xaltianguis, un operador de una moto-taxi, fue ejecutado a mansalva, la  base de operaciones mixta que fue instalada en ese lugar, no actuaron porque cuando se escucharon las detonaciones de armas de fuego, ellos estaban descansando. Y es que la violencia no es privativa de un pueblo rural de Acapulco. Al mismo tiempo que esto sucede en Xaltianguis, en Mesas de Pineda, municipio de Coyuca de Catalán, se escuchaba el retumbado de los fusiles; dos guardias de seguridad privada caían abatidos por las balas sin que existiera poder humano que lo evitara. En Zirándaro, en un enfrentamiento entre grupos criminales y autoridades de seguridad, lograron la detención de civiles y un arsenal. Algunas cosas se sabrán otras no, porque hay hermetismo, pero sobre todo, porque nadie quiere ser víctima de civiles armados que se han apoderado literalmente del corredor que conecta Acapulco con Chilpancingo y pueblos de la Costa Chica y Montaña baja de Guerrero. En unas horas más periodistas internacionales del periódico El País, visitarán Xaltianguis e irán tras esas historias de horror y buscarán testimonios de familias de desplazados así como de aquellos que le han desparecido a sus parientes, de las víctimas del secuestro y la extorsión.